Imagina que estás en un pradera hermosa, con flores y pasto suave, pero debajo de esa superficie tranquila hay minas escondidas.
El suelo parece firme. El paisaje, en apariencia, acogedor. Hay sol, el aire es liviano, y todo el mundo a tu alrededor camina como si nada. Pero tú sabes que algo no está bien.
Tus pasos son lentos, tensos, medidos. Cada movimiento es una apuesta: ¿y si justo ahí… estalla?
Así se siente vivir con ataques de pánico. Nunca sabes cuándo ni dónde ocurrirá el próximo, pero siempre estás en alerta, midiendo cada movimiento, tratando de anticipar el desastre.
Eso que sientes cuando la ansiedad toma el control no es magia negra ni brujería moderna: es tu cuerpo haciendo un “simulacro de apocalipsis” sin previo aviso. Un latido que parece un tambor de guerra, respiración como si acabaras de correr una maratón (sin haberte movido del sofá), y ese sudor frío que te hace pensar: “¿me estoy muriendo o solo me pasé con el café?” Spoiler: no te estás muriendo… pero tu cerebro está convencido de que sí.
Ahora, lo que nadie te contó es que, aunque el campo minado sea invisible, no estás condenado a pisar minas toda tu vida. Puedes aprender a detectarlas como si tuvieras un radar emocional incorporado.
Sí, puedes reconocer esas señales que te avisan: “¡Cuidado, que piso donde no debo!” Y lo mejor: también puedes aprender a caminar por ese campo con estilo, con calma… ¡y sin volar por los aires cada dos pasos!
Información protección de datos Jaime Anias Ruiz.
- Finalidades: Responder a sus solicitudes y remitirle información comercial de nuestros productos y servicios, incluso por correo electrónico.
- Legitimación: Consentimiento del interesado.
- Destinatarios: No están previstas cesiones de datos.
- Derechos: Puede retirar su consentimiento en cualquier momento, así como acceder, rectificar, suprimir sus datos y demás derechos en psicologiaconjota@gmail.com.
- Información adicional: Puede ampliar la información en el enlace de Avisos Legales.